miércoles, 6 de noviembre de 2013

Semana 16



La indiferencia: uno de los peores males

Es fundamental para un Comunicador Social conocer la opinión de las personas para realizar análisis y formular preguntas problema para una investigación. Así mismo, es importante distinguir lo que se va a preguntar, cómo se va a preguntar y por qué medios. Aprendí que hay dos formas de hacer encuestas, de formato cualitativo o cuantitativo. El cualitativo es para descubrir hallazgos más profundos sobre mi tema de investigación, analizando las respuestas abiertas de las personas de forma objetiva, si es que se puede ser objetivo en cualquier aspecto de la vida humana. Por otra parte, encontramos las encuestas cuantitativas, que se generan especialmente para conocer datos calculables que permitan hacer inferencias de un tema en especial. Este formato inicia a partir de algunas preguntas base: género, edad, estudios, estrato, población, entre otros; estos datos no son obligatorios pero si importantes. Gracias a las innovadoras herramientas de Google, hemos aprendido a realizar este tipo de encuestas de una forma ágil, sencilla, rápida y útil como lo demandan nuestras exigencias dadas por la Era Digital. Así pues, dentro del formato cuantitativo podemos encontrar los siguientes tipos de pregunta y sus respectivas características:

Tipo test: para marcar solo una opción.
- Casilla de verificación: se pueden elegir varias opciones.
- Elegir de una lista: solo se elige una opción dentro de un rango de cosas.
Tipo escala: para calificar en escala de menor a mayor sobre algún tema.
- Cuadrícula: permite hacer un cruce entre fila y columna generando preguntas con la opción de respuesta al lado.

Ahora bien, teniendo en cuenta las encuestas realizadas y los resultados arrojados con esta herramienta, voy a expresar mi opinión frente a las mismas:

La encuesta que realicé tenía como tema central las experiencias con los habitantes de la calle de Colombia. El objetivo principal era darle recordación, memoria e importancia a este sector oprimido, marginado y excluido de la sociedad; de esta forma, poder lograr que las personas reflexionaran acerca del trato que le dan a los habitantes de la calle, que no siempre es muy bueno.

Los encuestados fueron en su mayoría hombres, de un rango de edad entre los 15 y 30 años. A partir de los resultados arrojados, puedo inferir algunas conclusiones un poco apresuradas, que la mayoría de los habitantes de la calle son hombres. ¿Por qué? Tal vez porque, dentro de la cultura machista colombiana, son ellos los más propensos a abandonar el hogar y es la mujer quien debe responder por el mismo. Por otra parte, analizando otras respuestas, me doy cuenta de que la mayoría de las personas le dice a un habitante de la calle que no tiene plata cuando estos les piden; considero que esto tiene sus ventajas y desventajas. Las ventajas es que no se fomenta ni se incita a que los habitantes de la calle sigan en ese estado sino que busquen medios diferentes para sobrevivir si tienen las condiciones, mientras que las desventajas son que no se genera un sentido de tolerancia ni auxilio a estas personas. Por otra parte, me agradó enterarme de que muchas personas han entablado conversaciones con habitantes de la calle y que han donado cosas a los mismos, pues considero que es una forma de inclusión social. Sin embargo, me llamó mucho la atención que varias personas están de acuerdo con la “limpieza social”, pues considero que es una práctica terrible que va en contra de los derechos humanos y de los mismos fundamentos que rigen el origen y sentido de un Estado; esto impide que se reconozca a los habitantes de la calle dentro de la sociedad,  mostrándoles uno de los peores males: la indiferencia.


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