¿Los
tabús de décadas?
Por mucho tiempo me preguntaba por qué es
agradable para mí hablar con mis compañeros acerca de los famosos, de las
actividades que cada uno realizó y qué problemas tuvo durante el día. También,
me daba mucha curiosidad saber por qué dicen que los colombianos somos muy amables
y serviciales, bueno al parecer, sin analizar esta condición desde diferentes
perspectivas, sé que no es una característica especial de los colombianos sino
de los seres humanos en general. Por otra parte, nunca creí en la discriminación
existente a la hora de buscar trabajo, pues considero que a cada quien debe juzgársele
por sus habilidades intelectuales y no por su aspecto físico a la hora de
desempeñar un cargo. Así mismo, en el ámbito amoroso, es un hecho que para
buscar pareja los seres humanos analizamos una serie de criterios para
vincularnos afectivamente con alguien.
¿Habrá una posible respuesta para las
inquietudes o circunstancias que se generan en mi vida a la hora de tomar
decisiones? ¿Habré tomado mis decisiones con base en tabús que mis ancestros
fueron inculcando en la cultura de masas? Para todas mis cuestiones, el
antropólogo británico Robin Dunbar propuso una posible solución.
Según Robin Dunbar, es agradable para los
seres humanos chismosear o compartir comentarios con los amigos porque somos
supersociales por naturaleza, tanto así que el 65% del tiempo de conversación es
utilizado en contar chismes. Gracias a esto pude darme cuenta de que las largas
horas que gasté por teléfono hablando con mi mejor amiga tenían un sentido, pues
según algunos estudios realizados, se concluyó que las mujeres tendemos a
charlar sobre la naturaleza de las relaciones sociales y que a raíz de esto
somos el núcleo de la vida social. También hay una respuesta para el que creía
era un “complejo”, el complejo de tener que hablar de la vida de los demás, en
especial de los famosos; ahora sé que esto se da porque somos animales jerárquicos
por naturaleza y por eso nos gusta saber qué sucede con la vida de los que
creemos están por encima de nosotros o que representan una competencia potencial.
De hecho nos agrada saber que tienen problemas. No obstante, sigo pensando que
no está bien alegrarse por las desdichas de los demás, probablemente antes
comentaba de eso sin tener conciencia de ello.
Teniendo en cuenta la perspectiva que se
tiene de los colombianos, me enteré de que los seres humanos somos sociales por
naturaleza, a tal punto que tenemos la capacidad de relacionaros con aproximadamente
150 personas; esto dependiendo del tamaño de nuestro cerebro. Lo que sucede con
los colombianos es que somos muy dados a expresar nuestras emociones a través
del tacto y el tacto es la vía de comunicación más sincera, ya que es en las
interacciones donde se clarifican los pensamientos. Me pone contenta que
tengamos esta característica, que bueno ser colombiano.
Por otra parte, como solución a la
discriminación en los ámbitos laboral y amoroso, es claro que sí existe un
proceso selectivo a la hora de conseguir trabajo o una pareja, pero bueno
tranquilos a fin de cuentas como dice el dicho entre gustos no hay disgustos.
Finalmente, no quiero llegar a una
conclusión precisa porque yo ni sé si todos los estudios realizados por Robin
Dunbar sean veraces, pues cada uno cuenta cómo le va en la feria por más análisis
que se haya hecho. Posiblemente ahora estas ideas, tabús o creencias que han
sido implantados en las diferentes culturas sean un “meme”, una estructura
compleja que ha penetrado nuestra mente saltando de un lado a otro para
propagarse y perpetuar por toda la eternidad. ¿Será la hora de deshacernos de
estos “memes” para salir de la rutina y de la tradición?
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