miércoles, 16 de octubre de 2013

Semana 13



HAY UNA FORMA DE LEER LA MENTE, NO SOLO LOS SÚPER HÉROES PUEDEN HACERLO

Hay gente que se siente intimidada cuando conoce a alguien que tenga la profesión de psicólogo, yo era una de esas personas hasta que aprendí a vivir por 18 años con papá y mamá psicólogos; ante esta situación surgía siempre la pregunta: ¿Cómo haces? La verdad es que me fascina poder ser hija de psicólogos, porque es increíble lo que uno puede llegar a aprender con ellos, pues desde pequeña me vienen diciendo que toda acción refleja algo, el más mínimo gesto o una mirada muy sutil, pueden llegar a mostrar lo que una persona está sintiendo o pensando. La verdad es que el cuerpo es la herramienta de la mente. En mi caso, he aprendido a analizar la personalidad de las personas con algunos rasgos que expresan; por ejemplo, la mirada, las formas de hablar, las formas de manejar el cuerpo y el rostro, las formas de comer y hasta de doblar la servilleta. Lo único que nunca aprendí fue a conocer una parte de las personas desde su escritura, digo una parte porque no soy grafóloga, pero creo que si me dedicara a eso sería muy buena.

Con el conocimiento adquirido en clase acerca de la grafología, no he vuelto a “mirar” la escritura de la misma forma, me he vuelto mucho más observadora con respecto a la forma como escribo y como escriben los demás. Hay algunos escépticos que no creen en este tipo de cosas, pero la verdad es que esto no es brujería ni una forma vaga de explicar el comportamiento de las personas, sino que se da por medio de explicaciones científicas, con búsquedas y análisis profundos. La grafología, según la Real Academia Española, “es el arte que pretende averiguar, por las particularidades de la letra, cualidades psicológicas de quien la escribe”. También, un gran filósofo dio su concepto sobre este arte, así es, Aristóteles dijo que la escritura es el reflejo de nuestra actividad cerebral.

La siguiente información está basada en el video Las personas capacitadas para hacer este oficio, deben tener una enorme capacidad de análisis e investigación, pues hay quienes dicen que los grafo psicólogos son videntes científicos. Como dije anteriormente, este oficio no se basa en teorías que involucran la alineación de los planetas o estrellas, este trabajo lleva semanas de estudio e investigación para poder hacer un esquema de la personalidad y el estado de animo actual de un individuo. La grafología es una solida ciencia capaz de bucear en lo más profundo de nuestra conciencia.

Sin embargo, no debemos desanimarnos, el hecho que seamos Comunicadores Sociales no quiere decir que no podamos aprender esta ciencia, al contrario y con más veras, sería bueno que la aprendiéramos, pues esto nos podría ser muy útil en nuestras investigaciones para desmentir y velar siempre para que se diga la verdad. Incluso, si llegamos a tener una empresa, nos serviría para analizar los rasgos de la letra en los currículos de los aspirantes para ver si corresponden al perfil que estamos buscando para el trabajo.

Además, puede ser útil para saber con quién meterse a la hora de entablar una relación, pues podrás saber si esa persona es un asesino o un  mentiroso deshonesto. Aquí expongo algunos de los nombres de grafólogos que han estudiando la escritura de unos de los más peligrosos hombres que han pisado el planeta tierra: Carlos Rodríguez y Carla Tahoces; estos personajes han analizado el caso de Zodiac, Tony King, Charles Manson, entre otros. De esta investigación se sacaron varias conclusiones, teniendo en cuenta los patrones que seguía la escritura de los asesinos. Se dijo que cuando los renglones no tienen un orden, significa que la persona no tiene estabilidad emocional y sufre de bipolaridad, que cuando se pasa de un renglón a otro de forma rápida, dejando espacios en blanco (pasillos, mordiscos), simboliza que la persona tiene ansiedad. Finalmente, que en el cuerpo de las palabras, cuando el pie es desmesurado, quiere decir que se tiende a buscar satisfacción en lo material, los instintos y los placeres.

Concluyo diciendo que nuestro cuerpo es nuestro instrumento y hay que hacer uso de él como queremos ser percibidos. La cara no es la única forma de expresión, pues una acción dice más que mil palabras.

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